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Helicobacter pylori. Artículo completo

HELICOBACTER PYLORI ¿ENEMIGA O ALIADA?

Helicobacter pylori es una reciente conocida del ser humano, aunque muy vieja acompañante. Se trata de una bacteria descubierta en 1983, pero que ha colonizado la mucosa de nuestros estómagos desde los albores de la humanidad. En la actualidad se la considera un “demonio” al que exterminar; sin embargo, Helicobacter pylori ha evolucionado junto a nosotros en una estrecha relación simbiótica, que nos ha procurado enormes ventajas adaptativas.
Con todo, Helicobacter pylori es responsable de la infección más frecuente en humanos, afectando en torno al 50 % de la población mundial. Aunque la mayoría de personas infectadas no manifiesta signos ni síntomas (80-90%), se ha demostrado que la bacteria causa gastritis e incrementa el riesgo de padecer úlcera gastroduodenal, adenocarcinoma de estómago y linfoma gástrico.
El tratamiento convencional consiste en declararle la guerra a la bacteria y tratar de erradicarla a toda costa por medio de la asociación de varios antibióticos. Pero este enfoque terapéutico se enfrenta a dos problemas importantes. Por un lado, tiene una tasa de fracaso cada vez mayor, como resultado de la resistencia a los antibióticos, principalmente. Y, por otro lado, la exterminación de Helicobacter pylori, si bien reduce el riesgo de padecer las citadas enfermedades, nos expone a otras al perder los beneficios protectores de la bacteria.
Por tanto, urge encontrar tratamientos alternativos para que minimicen el fracaso de la terapia convencional y no exterminen por completo las colonias de Helicobacter pylori en la mucosa gástrica. De esto trata el presente artículo.

INFECCIÓN POR HELICOBACTER PYLORI
Helicobacter pylori es una bacteria gram negativa, en forma de espiral (de ahí su nombre), que puede infectar la mucosa estomacal y, en ocasiones, causa enfermedades gastrointestinales.
Fue descubierta en 1983 por Robin Warren y Barry Marshal, quienes años más tarde recibieron por ello el Nobel de medicina. Con la intención de demostrar la capacidad infectiva de la bacteria, se dice que Marshal ingirió una solución que contenía Helicobacter pylori. Días después desarrolló una gastritis que resolvió con antibioterapia.
Los estudios epidemiológicos muestran que un tercio de la población de América del norte y Europa del norte se encuentra infectada, mientras que en Europa del sur y este, América del sur y Asia la prevalencia supera el 50%. En regiones con un nivel socioeconómico bajo y peores condiciones sanitarias, la prevalencia de la infección alcanza un 80%.

CÓMO SE CONTAGIA Y SÍNTOMAS DEL HELICOBACTER PYLORI
Aunque aún no se conocen con exactitud los mecanismos de transmisión, se sospecha que la bacteria pasa de una persona a otra por contacto directo con saliva o materia fecal. También se han propuesto los alimentos y el agua contaminada como
Pese a la gran prevalencia de la infección, únicamente un 10-20% de las personas infectadas manifiestan signos y síntomas, fenómeno misterioso este que aún no ha encontrado solución, aunque se sugiere que se debe a una mayor resistencia de las personas asintomáticas (mayoría) a los efectos de la bacteria.
Sin entrar en detalles sobre los mecanismos por los que el Helicobacter pylori afecta a la mucosa del estómago, se ha descubierto que induce una activación proinflamatoria con liberación de la citocina IL-8, interrumpe las funciones mitocondriales e induce apoptosis en las células del estómago. Como resultado, la mucosa del estómago se inflama (gastritis), lo que ocasiona una serie de signos y síntomas, no siempre presentes en su totalidad, tales como dolor, ardor e hinchazón de la parte superior del abdomen, náuseas, distensión abdominal, pérdida de apetito y de peso.
La inflamación crónica de la mucosa del estómago puede derivar en lesión ulcerosa; de hecho, se afirma que el Helicobacter pylori es la principal causa de úlcera péptica. Además, la infección también se asocia con un mayor riesgo de padecer adenocarcinoma de estómago y linfoma MALT gástrico.

TRATAMIENTO CONVENCIONAL DEL HELICOBACTER PYLORI
Se declaró abiertamente la guerra al Helicobacter, desde que en 1983 se descubriera su existencia y responsabilidad en algunas enfermedades gastrointestinales. Heredera de la teoría microbiana de la enfermedad de Pasteur, por un lado, y de los postulados de Koch, por otro lado, la medicina actual sólo encuentra una solución a la infección por Helicobacter, a saber, la exterminación completa del “invasor”.
De acuerdo con Pasteur, las bacterias son causantes de múltiples enfermedades y el H. pylori no escapa a este postulado. Según la ley de Koch, H. pylori es considerado un patógeno (del griego, productor de enfermedad) porque produce inflamación crónica de la mucosa gástrica en casi todos los pacientes (aunque la mayoría no presente síntomas). De ahí que el consenso médico mundial sugiera que todos los infectados deban someterse a un tratamiento de erradicación.
Por desgracia, Antoine Bechamps y su teoría del terreno (denominada por quienes quieren ridiculizarla como teoría negacionista de los gérmenes) perdió la batalla librada contra Pasteur allá por el siglo XIX. De acuerdo con la teoría del terreno, los gérmenes -que no son invasores, sino que conviven con nosotros-, no producen infección si encuentran un “terreno” (medio interno) saludable y en equilibrio.

LA AGRESIVA TERAPIA CUÁDRUPLE
Teniendo en cuenta que la infección rara vez se resuelve de forma espontánea, pudiendo persistir toda la vida, dada la capacidad de la bacteria para sortear las defensas inmunes innatas, se hace necesario tratarla ¡Tantísimo tiempo conviviendo con el ser humano, que se las sabe todas! Hasta hace 4 años, la medicina convencional usaba la denominada terapia triple (dos antibióticos más un inhibidor de la bomba de protones) con la intención de erradicar la bacteria. Dada la alta tasa de fracaso por resistencia a los antibióticos (la bacteria no es tonta), tuvieron que modificarla. En la actualidad se recomienda la agresiva terapia cuádruple, consistente en la combinación de 3 antibióticos con un inhibidor de la bomba de protones, o bien en 2 antibióticos, el inhibidor y sales de bismuto.
La terapia cuádruple, aunque ha mostrado mayor eficacia, también tiene un porcentaje importante de fracaso y frecuentes recidivas (el bicho vuelve a aparecer). Y más fracasos obtendrá a medida que pase el tiempo. ¡Ah! Ni que decir tiene que el riesgo de efectos secundarios de la agresiva terapia cuádruple no es peccata minuta.

BENEFICIOS DEL HELICOBACTER PYLORI
Hasta aquí hemos descrito los costes que algunas personas deben pagar por contar con una excesiva carga de helicobacter en sus estómagos. La exposición detallada de estos inconvenientes podrá encontrarla en cualquier web que visite; sin embargo, aquí le ofrecemos la otra cara de la moneda, de la que muy poco se habla o escribe.
Helicobacter pylori lleva interactuando, conviviendo y evolucionando juntamente con el ser humano desde que este último pisó por primera vez el suelo de la sabana africana. En aquellos tiempos, la bacteria se encontraba presente en los estómagos de todos los seres humanos, pero recientemente hemos combatido a nuestro acompañante de viaje. Teniendo en cuenta tan estrecha y antigua relación cabe preguntarse si el Helicobacter pylori no juega en realidad un papel beneficioso para la salud humana.
Los estudios demuestran que está desapareciendo en las poblaciones humanas a pasos agigantados debido principalmente al uso indiscriminado de antibióticos desde hace décadas. Para que se haga una idea de la acusada ruptura de nuestro antiguo vínculo simbiótico basta citar que se estima que en la actualidad sólo se encuentra presente en menos del 10% de los niños estadounidenses. Y dado que es la única especie que habita en el estómago (cuando no la hemos acribillado), su desaparición podría ser significativa.
Si bien es cierto que la erradicación del Helicobacter pylori se asocia con una disminución de la incidencia de úlceras pépticas y cáncer de estómago, coincidiendo con la paulatina desaparición de la bacteria se ha incrementado la incidencia de una serie de enfermedades, tales como el reflujo gastroesofágico (ERGE), el cáncer de esófago, el asma, las alergias, obesidad, diabetes mellitus tipo II, síndrome metabólico y enfermedad inflamatoria intestinal (y otras enfermedades autoinmunes).
Además, no sólo la evidencia epidemiológica, sino la experimental apunta a un fuerte efecto protector de la colonización por H. pylori en el desarrollo de las citadas enfermedades extragástricas.

HELICOBACTER, ERGE Y CÁNCER DE ESÓFADO.
Algunos estudios han evidenciado el desarrollo de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y esofagitis después de la erradicación del Helicobacter pylori. Teniendo en cuenta que la ERGE aumenta el riesgo de sufrir adenocarcinoma de esófago y que la incidencia del mismo en occidente ha aumentado en los últimos 50 años coincidiendo con una reducción notable de la presencia de Helicobacter pylori, se hace necesario la cautela en los tratamientos de erradicación.
El esófago de Barret es una complicación de la ERGE y que se asocia con el cáncer de esófago y consiste en un cambio en el revestimiento interior del esófago. Pues bien, se ha concluido que la colonización por H. pylori puede proteger contra la formación de esófago de Barrett de segmento corto y largo y sus complicaciones malignas, es decir, el cáncer.
Un metaanálisis, que examinó un total de 19 artículos científicos, trató de analizar la asociación entre Helicobacter pylori y el adenocarcinoma de esófago y el carcinoma de células escamosas esofágicas. Concluyó que la disminución notable de la colonización por H. pylori en las últimas décadas puede ser en parte responsable del reciente aumento de la incidencia de cáncer de esófago en los países occidentales.
Con todo, los estudios son contradictorios, entre otras razones porque no se ha hallado un mecanismo biológico plausible. Sin embargo, en la asociación causal entre el aumento de la ERGE y el del cáncer de esófago aparece otra variable: la obesidad, que puede proporcionarnos un mecanismo biológico plausible de la asociación entre la ERGE y el Helicobacter pylori.
Se sabe que la obesidad constituye el factor de riesgo principal de la ERGE, enfermedad que, al menos en España, constituye una verdadera epidemia que afecta al 30-40% de la población y su incidencia sigue en aumento. Como explicamos en el siguiente epígrafe, la erradicación de la bacteria altera el equilibrio de hormonas implicadas en la homeostasis energética y conduciría a obesidad.

HELICOBACTER PYLORI Y OBESIDAD
Se ha demostrado que el Helicobacter pylori afecta a la secreción hormonal del estómago, por lo que juega un papel en la modulación de la homeostasis energética. Su erradicación podría alterar el equilibrio entre la grelina y la leptina, dos hormonas implicadas en la regulación del apetito y la saciedad.
La grelina es una de las principales señales que estimulan el hambre, inducen la ingesta de alimentos, reduce el gasto energético y aumenta la secreción de ácido. La leptina, por el contrario, reduce el apetito, causa una ingesta reducida de alimentos, un mayor gasto de energía, una menor secreción de ácido.
Pues bien, diferentes estudios muestran que los niveles de leptina se reducen y los de grelina aumentan después de la erradicación de la infección por Helicobacter pylori, lo que indica el papel de la bacteria en la regulación de ambas hormonas. Se concluye, por tanto, que el tratamiento de erradicación conduce a un aumento del hambre, a una reducción del gasto energético, con el consiguiente incremento del peso, lo que contribuye sin duda al aumento de la incidencia de obesidad que se observa en las poblaciones de occidente donde la presencia de Helicobacter se ha reducido notablemente. 
Y la obesidad es el principal factor de riesgo de la ERGE.

HELICOBACTER PYLORI Y ENFERMEDADES DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
El sistema inmunitario es una compleja red de células, tejidos, proteínas y compuestos químicos que tiene como misión la de proteger el organismo de potenciales agentes agresores y patógenos, como gérmenes, tóxicos, etc. Cuando el sistema inmune no funciona correctamente pueden aparecer enfermedades como alergias, asma y enfermedades autoinmunes.
Desde la mitad del siglo XX, la mejora de las condiciones higiénicas y el nivel socioeconómico han reducido la tasa de infección por H. pylori. Al mismo tiempo, esta tendencia ha ido acompañada de una mayor incidencia de enfermedades del sistema inmunitario en la mayoría de los países, principalmente occidentales. Este fenómeno puede explicarse recurriendo a la hipótesis de la higiene, respaldada por numerosos estudios científicos, según la cual la infección durante la infancia contribuye al desarrollo del sistema inmunitario y puede prevenir la aparición de enfermedades autoinmunes o alérgicas. Por tanto, nuestros abuelos tendrían razón cuando nos insistían en que expusiéramos a nuestros hijos a los gérmenes, porque a largo plazo les beneficiaría. 
También debe tenerse en cuenta otro aspecto. Durante el largo camino co-evolutivo con los seres humanos, Helicobacter pylori ha desarrollado distintos mecanismos inmunomoduladores. Por un lado, la bacteria ha adquirido una tolerancia a nuestro sistema inmune, que le ha permitido persistir toda una vida sorteando las defensas inmunes. Además, ha desarrollado la capacidad de regular la homeostasis inmune humana a través de mecanismos moleculares que no detallaremos en este artículo.
Se ha sugerido que estos mecanismos inmunomoduladores del H. pylori podrían conferir protección al ser humano contra las alergias, el asma y otras enfermedades autoinmunes, tales como las inflamatorias del intestino. De ahí que la erradicación del H. pylori con antibióticos pueda tener un efecto importante en la homeostasis inmune y producir enfermedades del sistema inmune.

PAPEL DEL HELICOBACTER PYLORI EN EL ASMA Y ALERGIAS
Estudios epidemiológicos han demostrado la relación entre el aumento de la incidencia del asma y la acelerada desaparición de la bacteria del estómago. Aunque, en nuestra opinión, los estudios observacionales presentan limitaciones, resulta un dato cuando menos curioso, ¿no es cierto?
Además, estudios experimentales en modelo animal mostraron que la colonización por Helicobacter pylori confiere protección contra la hiperreactividad y la inflamación de las vías respiratorias y previene la infiltración pulmonar y broncoalveolar por eosinófilos inducida por alérgenos.
Por si fuera poco, un metaanálisis de 14 estudios científicos realizados en 28000 asmáticos demostró que los enfermos tienen una menor tasa de colonización por Helicobacter pylori.
Además, el papel de H. pylori como agente protector contra los trastornos atópicos ha sido sugerido por numerosas secciones. Se ha concluido que las personas que con H. pylori tenían un 30% menos de probabilidades de presentar trastornos alérgicos, como asma, eccema y rinitis alérgica.

HELICOBACTER Y ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Numerosos estudios epidemiológicos y experimentales revelan una correlación inversa entre la infección por H. pylori y la aparición de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), lo que indica un papel protector de la bacteria contra este trastorno autoinmune. Este efecto protector puede atribuirse a que la bacteria induce una tolerancia inmune y suprime la respuesta inflamatoria.
Existen dos tipos principales de EII, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, que son afecciones inflamatorias crónicas de causa desconocida y cursan con inflamación del tracto gastrointestinal.
Pues bien, varios estudios epidemiológicos han hallado una correlación inversa entre la infección por Helicobacter y estas EII. Por ejemplo, un estudio húngaro demostró que sólo un 13% de los pacientes con EII examinados se encontraban infectados por la bacteria, mientras que en el grupo de control (personas sin EII) las tasas de infección oscilaban entre 39-67%. Estos resultados han sido confirmados posteriormente en otros estudios observacionales: los pacientes con EII presentan un menor número de colonias de H. Pylori en comparación con las personas sanas.
Numerosos estudios han informado de una menor H. pylori tasa de infección en pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn que en los individuos de control sanos. Por ejemplo, un metaanálisis de 30 artículos concluyó que H. pylori “puede conferir cierto nivel de protección contra la EII, con solo el 27% de los pacientes con EII que muestran evidencia de infección por H. pylori en comparación con el 41% de los pacientes en el control grupo.”. Los resultados obtenidos, que sugieren un efecto protector del HP contra el desarrollo de EII, justifican futuras investigaciones sobre el efecto de la erradicación del HP en el desarrollo de EII.
Los experimentos con animales también confirmaron la correlación negativa entre la infección por H. pylori y la aparición de EII.

¿PROTECCIÓN CONTRA OTRAS ENFERMEDADES AUTOINMUNES?
Teniendo en cuenta la evidencia científica disponible sobre los efectos protectores de la infección por H. pylori sobre el asma, alergias y EII, se ha sugerido la posibilidad de que la infección pueda proteger del riesgo de desarrollar ciertos trastornos inmunológicos o metabólicos.
Este planteamiento es el resultado de la observación. La incidencia de enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple y la diabetes mellitus tipo I, ha aumentado considerablemente en los últimos 50 años coincidiendo con la reducción rápida del H. pylori en la población occidental.
Por otra parte, se ha hallado que los altos niveles socioeconómicos y sanitarios, que reducen la transmisión y colonización del H. pylori, como el tamaño familiar reducido, menor hacinamiento en el hogar y el uso frecuente de antibióticos, se asocian con una mayor prevalencia de enfermedades alérgicas y autoinmunes.

RESUMEN FINAL
A pesar de que aún predomina la concepción médica que considera a las bacterias como invasores enemigos, cada vez son más numerosos los científicos que la rechazan. La guerra contra las bacterias invasoras está dando paso a la alianza con nuestras compañeras de viaje.
Y es que desde hace una década las investigaciones acerca de la relación simbiótica mutualista entre microorganismos y seres humanos nos ha proporcionado grandes sorpresas. La mayoría de las células en nuestro cuerpo no son humanas sino microbianas y al conjunto de estas últimas se lo conoce como microbiota. Los microbios abundan en diferentes nichos en nuestros cuerpos, aunque las poblaciones más numerosas se encuentran en el tracto gastrointestinal. Cualquier perturbación de estas colonias gastrointestinales, como la causada por la administración de antibióticos, genera importantes consecuencias para nuestra salud. Para saber más, lea nuestros post sobre nuestros microorganismos y sus funciones.
Un ejemplo de la interacción entre microbios y humanos es la establecida con H. pylori. Una relación que parece ser paradójica ya que, por un lado, nos beneficia y, por otro lado, nos perjudica. La solución de la aparente paradoja se encuentra en el equilibrio.
La bacteria y el ser humano se han adaptado el uno al otro a través de un equilibrio dinámico, tal como sucede con el yin y el yang. Por tanto, H. pylori no constituye un enemigo, así como el yin no es enemigo del yang, y al revés. Mejor considerarla un aliado. Eso sí, un aliado al que debe controlarse, del mismo modo que yin y yang se controlan mutuamente. Porque cuando el yin no controla al yang, por ejemplo, éste se desborda y se convierte, efectivamente, en opresor, en enemigo. No debemos romper el equilibrio erradicándola y poniendo fin a una relación tan antigua y convirtiéndonos en opresores. Esta acción podría tener serias consecuencias para nuestra salud. Ni podemos permitir que ella nos oprima y erradique. Hay que buscar el equilibrio.  
¿Cómo se consigue el equilibrio? Existen terapias menos agresivas que son eficaces para reducir las colonias de H. pylori. Estas terapias eliminan la infección sin erradicar la bacteria, de modo que nos permite aprovechar sus efectos metabólicos e inmunomoduladores que, como hemos descrito, benefician al ser humano.
Pero sobre cómo tratar la infección por Helicobacter pylori trataremos en el próximo artículo. Hasta entonces, reciba un cordial saludo.



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